O/L "Perro", hacia 1960, firmado Josep Serrasanta (1916-1998)
Pintor argentino asentado en la Cataluña del siglo XX
Maravilloso óleo sobre lienzo del pintor catalán Josep Serrasanta. Eran muy típicas dentro de su repertorio temático las pinturas dedicadas expresamente a los perros de caza. Realizó otros óleos muy similares durante la década de los 60 o 70. Esta obra en particular demuestra su dominio de la técnica impresionista, en cuanto al uso de un trazo suelto y pincelada rápida, que dota a la obra de un claro movimiento, dando incluso la sensación de estar envuelto en una atmósfera cambiante. Asimismo, demuestra su capacidad de, con pocos y espesos trazos, componer una armónica composición. Su pasión por la naturaleza se manifiesta plenamente en esta obra, bien a través del absoluto protagonismo otorgado al perro, como al escoger un fondo en paisaje. Asombra su técnica: su aplicación del color, su habilidad a la hora iluminar los espacios, la configuración de las luces y las sombras, y cómo refleja perfectamente los cambios climatológicos del cielo nublado. Pero es también la capacidad de Serrasanta de capturar el aura del animal la que impacta a la hora de observar esta magnífica obra.
Josep Serrasanta
(Buenos Aires, 1916 - Valldoreix, Barcelona, 1998)
Josep Serrasanta nació en Buenos Aires en 1916. Vivió en Vilamitjana, Tremp y posteriormente en Sabadell (Barcelona), donde pasaría la mayoría de su infancia. Realizó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de La Lonja y allí, tendría al pintor Francesç Gimeno como maestro. De su docente asimiló esencialmente la temática del paisaje, pero también conocería de primera mano sus retratos y escenas de género, obras en las que empleaba principalmente una paleta de colores vivaces.
Desde los inicios de su dilatada carrera profesional, sobresalió por su talento en la pintura y, desde los catorce años (cuando ganó su primer concurso), sería galardonado en múltiples ocasiones. De entre sus diversas condecoraciones destacan el Gran Premio Internacional de Cannes, que obtuvo en 1964, y la Cruz del Comendador al Mérito Nacional Francés, premio que evidencia su enorme influencia en Francia.
En cuanto a su estilo personal, destaca sobre todo por sus paisajes de pequeños pueblos abandonados y, en una segunda instancia, se dedicaría a las naturalezas muertas o la representación de las gitanillas de Barcelona. Su técnica se caracteriza por un estilo clásico de influencia catalana, por el empleo de colores brillantes, el uso enérgico de la espátula y una pincelada enérgica que dota de una enorme fuerza al conjunto de su obra. Pero a parte de sus obras en lienzo, llevó a cabo diversos murales para iglesias catalanas recurriendo a diversas técnicas como el temple, el óleo o el fresco. Algunos de los más ejemplares fueron el mural que decora la iglesia de Santa María de Castelldefells (1950-1958), o las tres bóvedas que pintó para la Catedral de Lérida.
La soltura en el trazo y dominio del color y la luz propias de su estilo clásico, constituyeron un indudable legado en las generaciones venideras de pintores. Desde 1950, año en el que expuso por primera vez de manera individual en Terrasa y en la Galería Augusta de Barcelona, su obra fue popularizándose progresivamente en exposiciones en Madrid, Bilbao o Valencia, para encaminarse más tarde a un nivel internacional, triunfando en lugares como París, Estados Unidos e incluso Japón.
Dimensiones con marco: 96 x 86 x 5 cm (12 cm el marco).
Dimensiones sin marco: 58 x 70 cm.
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